domingo, 8 de abril de 2012

Spain is not different, at all



Hace ya más de diez años que llegué a España fue un miércoles y vi una ciudad, Madrid, que iba al ritmo de un pueblo tranquilo, los bares llenos a las 10:45.
Siempre me pregunté como hacían para mantener una economía con tantas rigideces que lejos de converger en un camino al liderazgo en competitividad, retraía cualquier ventaja competitiva a su mínima expresión.
Descartando la tesis de los marcianos, la que me había comentado mi tío, la que versaba sobre unos marcianos que por la noche bajaban y lo hacían todo, descubrí que no eran de otro planeta los que trabajaban para mantener  este país a flote,  venían flotando en pateras, barcos o aviones, desde otras latitudes.
Descubrí que la economía nacional funcionaba a base de expectativas, claro que cualquier entendido en la materia se desgarrará las vestiduras gritando que la economía se basa en ella desde sus inicios y que es harto sabida esta característica pero, la verdad, es que España tuvo un complemento extra, cualquiera con nómina se podía incorporar al mundo de la especulación, un mileurista podía tener un tremendo coche, una casa y otra de vacaciones también se quejaban de que el fin de mes estaba lejos y que con las cuotas que había que pagar no se podía vivir.






No obstante nadie osaba pensar que de las 8 horas que estábamos en nuestro puesto sólo producíamos una mínima expresión de ellas, que se disfrutan 22 días laborables de vacaciones pero que hay otro tanto repartido en fiestas, siestas y santos, sean locales, nacionales, mundiales o de otro universo, todo vale, si es para no trabajar, que el jefe se joda, que tiene mucho dinero y que si no produzco suficiente plusvalía, pues mucho mejor, que mal repartido está el mundo, unos tantos y otros tan pocos.
Si, sé que esto no gusta y me alegro que así sea, seguro que la respuesta Spain is different, no es suficiente para resolver los problemas de nadie hoy.
Pero he venido de mi ronda viendo clientes hoy y he descubierto una cosa, algo está cambiando, muchas empresas se dan cuenta que la fiesta se terminó, me encuentro con caras sonrientes diciendo que hay trabajo, que no falta, que venden bien y me pregunto, pero es que la crisis terminó? Pues no, estas empresas se han adaptado a una nueva situación, con márgenes más pequeños que exigen optimizar los recursos. No significa esto que se bajen los sueldos, sino que exige que se produzca más. Si, lo sé, en este desequilibrio de fuerzas muchas empresas aprietan más de lo que deben y consiguen menores resultados, la gasolina de mi vehículo para visitar a los clientes de la empresa donde trabajo la tengo que pagar yo.
El tema es que, las empresas que sobrevivirán, son las que han cambiado, muchas ajustaron sus variables y otras se han reinventado por completo, los que antes iban de cara al público encontraron nichos donde pueden agregar valor, redujeron plantilla y optaron por moverse ellos para conseguir ventajas con las que luchar y diferenciarse, otros se integraron hacia arriba o hacia abajo, redujeron plantilla y mejoraron su servicio.
Atención, como es que reduciendo personal y estructura mejoran la rentabilidad y servicio? Si la empresa tiene como objetivo generar ingresos, ¿Por qué se trabaja con exceso de estructura? Entiéndase este exceso como la diferencia entre lo que se tenía y lo que es óptimo para competir.
La respuesta a esta ausencia de competitividad se explica en las rigideces del mercado, las que impiden a la empresa ajustar personal, ajustar sus horarios y no sólo ajustar es reducir, pero ¿quien quiere tomar más gente cuando desprenderse de estos recursos cuando no sean rentables representa un coste tan alto?
Y vuelvo al inicio, como se mantenía una economía que no se basaba en la optimización de sus recursos?
No quiero dejar de recordar a las empresas ilicitanas que llevan sus productos de calidad a china para venderlos a precios astronómicos, 200 dólares el par, a todas las empresas que emprenderán el camino de la calidad para conquistar un mercado que podrá generar el sustento del resto de la humanidad por muchos años si sabemos entender nuestro sitio, el que ocupa Alemania con su tecnología, el mismo que podremos conquistar los españoles si entienden que la competitividad lo es todo.
Spain is different pero debe dejar de serlo, cuando se entra a una cancha de futbol, las reglas son claras, no se puede coger con la mano, en caso de querer hacerlo una de dos, te expulsan del juego o cambias de cancha, a la que se juega con la mano y cuyas reglas son distintas.
En el mercado no hay muchas alternativas, precio o calidad, y gana el mejor, el segundo come migas y el resto vive de subvenciones, que es lo que hizo España los últimos 15 años.
A que escuece?, claro que si, pero mejor que duela y nos enseñe que el camino a seguir no es el que estuvimos transitando hasta ahora.*
España es el único sitio, que he conocido, donde es más difícil comprar que vender, que emprender tiene sus dos mayores impedimentos en la administración y los proveedores, y la cadena de pagos, pero eso último está más generalizado.
Cambiar, esa es la cuestión, y seguramente el lector esté pensando que soy otro cantamañana que dice cambio o muerte, adaptación o desaparición y no da ninguna idea al respecto. Pues estimado lector, usted se equivoca. Copiemos, si eso, copiemos y mejoremos.
Tenemos un gran expertise en la construcción, y aunque lo hicimos mal, lo hicimos mucho.
Que pasa con los modelos de construcción express que se utilizan en USA?, si un ejército de obreros que en 4 días te montan un chalet de lujo. Si, se puede, y el que piense que no, pues está equivocado y se acabó.
Si pudiésemos combinarnos matemáticos, economistas, ingenieros y más pensantes  podríamos elaborar respuestas inteligentes que permitan a una empresa destacar.
 La reforma laboral, lamentando en el alma no compartir esta opinión con muchos de mis colegas, no sólo es necesaria sino que podría ser muy provechosa para los trabajadores.
Un trabajador, pongamos nuevamente la construcción, que, con una buena planificación apoyada por profesionales de los números, consiguiese reducir en un 50% el tiempo de producción de un chalet, podría tranquilamente pedir una retribución de un 50% más o quizás superar esa cifra según la utilidad del cliente, que la que venía recibiendo y sin tensiones generadas por las rigideces de la legislación laboral; podría terminar un trabajo y comenzar otro inmediatamente, lo mejor será que no sólo ganará más dinero sino que seguramente podrá optar por disfrutar de más tiempo de su familia ya que no se pasará años en una edificación que va al ritmo de Spain is different.
Y como la construcción está el resto de los mercados, buscar la diferenciación, la calidad, la eficacia. Cuando un empresario, o gobernante a fin, esgrime que lo que le pasa a España es que no es competitiva y arguye que hay que apostar por la mejora de la productividad, recuerdo las clases de la facultad donde me explicaban que la productividad media de un trabajador es el resultado de la división de su retribución por las unidades producidas.
Mejorar la productividad tiene dos opciones, bajar el dividendo o subir el divisor,
Bajar el dividendo, podemos bajar el sueldo a los trabajadores, hacerlos trabajar más horas y en peores condiciones, el que piense que esto no tendrá un efecto negativo en la calidad de la producción y una consiguiente pérdida de competitividad, que se dedique a jugar al mus, este no es su mercado.
Subir el divisor, produzcamos más, mejor y agreguemos todo el valor que podamos a la cadena, al final de ese camino está la clave. Ok, fácil no? Y como lo hacemos?, pues bueno, vamos a trabajar en dos sentidos, primero con el empleado, obsérvese que no lo llamo trabajador porque tanto trabaja el que está en la línea como el gerente o director, ofrezcamos una alternativa con menos fiestas dispares que entorpezcan la planificación del trabajo.
El primer código de convivencia que conoce el ser humano dice que se descansa un día y medio no dos ni mucho menos dos y medio.
Ok, ¿que no queremos perder nuestro viernes al mediodía para casa?, propongamos algo que mejore la productividad, y no me vengan con 7,5 minutos diarios de más.
Trabajamos 4 días y medio a la semana, lo hacemos 8 horas dispersas que no nos dejan disfrutar de nuestra vida y que impiden dar lo mejor de nosotros a la empresa.
Ahora la empresa, hay que buscar la productividad, y para ello, lamentándolo mucho, hay que trabajar al respecto, no se puede decir que un vendedor que cobra un sueldo no trabaja, hay que ofrecerle un equipo de apoyo y supervisión que lo empuje a mejorar sus resultados.
No se puede poner un sueldo mediocre a un especialista y exigir, no se puede poner a un trabajador de línea en condiciones malas y esperar cosas buenas. Tampoco se puede pasar uno con comodidades porque se olvida
Que no hay dinero para ello? Pues cierra u ocupa los espacios que deberían ocupar los técnicos correspondientes, pero no pidas a los empleados que hagan tu trabajo, y mucho menos sin retribuirlos por ello.
Hoy estuve con un maestro, con un emprendedor de raza un animal de la empresa, un tipo que dijo que tenía 80 años cosa que no termino de creerme.
Le pregunté que como veía la cosa por estas tierras y me contestó que deberemos volver a trabajar, volver porque habíamos perdido esa costumbre, que debían acabarse los ornamentos y excentricidades, que era hora de volver a arremangarse y salir a buscar el futuro.
Y cierto es que en muchas empresas y algunos autónomos lo veo, pero también veo que no todos han entendido que la historia ha de cambiar para poder continuar.
Spain no es different, pero debería dejar de serlo.

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