¿Y si lo damos vuelta?

En la cúspide de la montaña, que no es de piedra sino de mierda, nos preguntamos si tenemos que seguir subiendo...
Los mercados por aquí, los mercados por allí.
La prima de riesgo subiendo a ritmo de vértigo y los que vamos de a pié nos preguntamos... ¿y a mi que me cuentas?
Pues si señores, hay un escenario donde esa pregunta tiene gran sentido.
¿En un mundo globalizado?
Pues claro, en este mundo donde lo que pasa en Alemania nos hace pupa a todos y lo que pase aquí les hace pupa a todos los demás, hay una opción, estoy seguro que tiene que haberla... esto es fé y no la religiosa.
Paremos y pensemos, que es lo que no nos deja ver el horizonte?
La prima de riesgo, y eso?, pues fácil es la diferencia de lo que paga Alemania, el país referencia de los mercados y lo que pagamos nosotros por pedir prestado. Atención, dejemos esto guardado que luego lo vamos a recuperar: "lo que le cuesta a Alemania pedir prestado"

¿Que pasa a Alemania? ¿por qué a ella le cuesta menos que a nosotros pedir prestado? pues porque no necesitan pedir prestado, porque tienen mucho ahorrado
¿Por qué? si Alemania viene de ser devastada por dos guerras mundiales, reducidas a cenizas con los bombardeos, anulada con los tratados de Versalles, con la división en dos mitades, con la reunificación de dos sociedades que evolucionaron de forma muy disímil y que hubo que unificar, no sólo de forma física, sino cultural y económica. Que superaron unas inundaciones y otros males mayores.
¿Que pasa con estos tipos que se renuevan y hacen más fuertes con cada revés que les da la vida?
Volviendo al ciudadano de a pié.
¿Que pasa con esa prima que nos jode tanto?
El Estado vive de los impuestos que pagamos todos, si los impuestos menguan, pues hay que menguar la actividad y esta actividad menguada se llama recortes.
No nos gustan los recortes ya que menguan nuestra calidad de vida, cierto.
¿Como se pueden terminar los recortes? pues de una sola manera, aumentando la actividad económica. La otra opción, la mala, es subir impuestos, lo que disminuye aún más la economía y a mediano o corto plazo vuelve a menguar los ingresos del Estado.
¿Y como incentivamos la máquina económica si no tenemos recursos para inyectar al mercado?
Pues ni la más remota idea.
Pero volvamos a los mercados y la querida pescadilla sin cola.
¿Como hacemos para que este mercado no signe nuestro destino?, cuantas preguntas, eh?
Pues la respuesta es muy fácil darla, pero muy difícil llevarla a cabo.
No pedir prestado, vivir con lo que tenemos.
¿Y que es lo que tenemos? Nuestro patrimonio, nuestro trabajo y sacrificio, el mismo que mostraron los alemanes para reconstruir su país, sin banderas más que la ilusión de volver a tener un país.
El gobierno no ayuda, con sus subidas de impuestos y recrudecimiento de las condiciones impositivas para iniciar una empresa, es cierto, pero no durará mucho con esa actitud, no hay que bajar los brazos  Buscar alternativas e ideas para el momento en que cambie el viento y poder iniciar nuestros proyectos, en la misma búsqueda es que se encuentran las oportunidades.
El Rey de España lo dijo claro, exportar y exportar, esa es la salida.
Yo agregaría: trabajar y trabajar, olvidarnos del pasado, volvamos a poner el hombro como lo hicieron las generaciones pasadas, como hubiese sido esto sin un tirano al frente. 
Digamos lo que digamos, la realidad de los últimos 15 años ya no volverá, la posibilidad de vivir como reyes sin necesidad de sudar hasta la última gota en el puesto de trabajo ya no es posible. La configuración de derechos sin su correspondencia con obligaciones necesarias ya no es viable nunca más. 
Copiemos a los grandes y seamos grandes también, no sólo en fútbol u otros deportes.
No permitamos a un corrupto seguir en el poder, reclamemos a los partidos que se limpien de mala gente, sin miedo a quedarse sin nadie.
El trabajo dignifica, es cierto, seamos dignos de un estado de bienestar y no quedemos sólo en el reclamo.

Bueno señores, movamos la neurona, bermut con patatas fritas y good show!!!
(Grande TATO!!!)